Hay algo que uno nota por doquier en las calles de Lima, especialmente en las noches de los fines de semana. Uno no puede evitar encontrarse con autos estacionados en los cuales se encuentran parejas conversando, a veces acompañados de tragos, cigarrillos y agarres (mañosientos o inocentes). Y ni hablar de los autos tambaleantes de la Costa Verde. Un peatón observador se habría de preguntar por qué es que dichos vehículos son usados como locación para tanto gileo. Acaso no hay mejores opciones? Hay algo que obligue a tanto adulto a comportarse como los adolescentes norteamericanos? Claro que hay una razón. No importa cuán viejos sean, siguen siendo momma's boys.
Evidentemente, para los malignos planes que pudieran tener uno, otra o ambos participantes del gileo, mucho más conveniente y cómodo sería realizar dichos coqueteos en una acogedora sala. Un poco de vino, incienso, música romántica, y listo! A menos que tengan un particular fetiche por las incomodidades del "ejercicio" en un vehículo, el contexto del carro implica ciertos obstáculos innecesarios. Por qué coquetear en el auto y no en la sala?
Simple. Porque la sala de la vivienda en la que residen, son las salas de sus mamitas. Y a sus mamitas no les resultará del todo agradable la presencia de agarres, enamoradas/enamorados, ruflas/ruflos, amigos/amigas cariñosas o "profesionales" en sus respetables casas. O quizá sea al momma's boy o girl a quien no le atraiga la idea de que su mamita sepa que está incursionando en los placeres carnales. O sea, están en la condición de adolescentes, pero de veintitantos, treintaitantos o cuarentaitantos años.
Pero lógicamente, estos momma's boys y girls no van a dejar de comprarse un auto (y muchas veces tirarse todos sus ahorros en el más caro que puedan adquirir) y estacionarlo en la cochera de su mamita. Claro, ni que fueran niños, para andar sin carros. Vivir con la mamita, en cambio, normal.
Qué decadencia.